Evadimos observarnos cuando hablamos en
exceso, tomamos alcohol, oímos música estridente, nos drogamos o emborrachamos.
No cuestionemos, porque dañamos la observación con nuestra calificación.
No justifiquemos nuestros errores, porque la mente es hábil y para no
descubrir la propia culpa, busca las culpas en los demás. El ladrón roba, el asesino mata, el guerrero arremete y hacemos sufrir a
los demás por inconsciencia; cuando nos damos cuenta del mal que hacemos, ya no
lo ejecutamos más.
Tengamos valor, inteligencia,
decisión y no nos molestemos por nuestros errores, transmutémonos, decretando: “Perdono y borro ese error de mi vida”. Los
defectos que vemos en los demás son los que nosotros mismos tenemos. El odio,
la división, la falta de Amor y fragmentación que vemos en otra persona es la
proyección de lo que tenemos dentro. Señalarles defectos a los demás es
denunciarnos. Cuando observamos, desarrollamos la Consciencia. Observar la
Sabiduría nos hace sabios.
Tomado del libro Pilares de la Metafísica de Rubén
Cedeño.