FESTIVAL DE PASCUA
LECCION II
Rubén Cedeño
México D.F. 25.3.2014
PESACH
La “Luna Llena de Pascua”, se produce en uno de los
momentos más exaltantes de la naturaleza y es en la primera Luna Llena después
de la entrada de la Primavera Boreal. Es el momento en que el Sol esta en su
mayor efusión para el planeta, además de estar reforzado por su propia luz
reflejada por la Luna Llena. En esta fecha cualquier milagro es factible, toda
invocación justa puede ser respondida, cualquier decreto positivo puede ser
cumplido, este es el flujo espiritual tan poderoso del que esta bendecida la
Cuaresma. Es el momento propicio para producir una transformación interior,
profunda, espiritual. La “Luna Llena de Pascua” es el clímax, la esencia de la
Cuaresma.
Esta efusión espiritual sin ser llamada “cuaresma”
ni “pascua” fue de la que se valió positivamente el pueblo judío cuando estaba
esclavo y opreso, en Egipto, para liberarse cuando Moisés decidió rescatarlos.
En vista de que el faraón no quería liberarlos, por Principio de Causa y
Efecto, esto se le devolvió y le vinieron las “Diez Plagas”; la última de ellas
fue la muerte de su primogénito, el heredero al trono, peor no le podía pasar.
Para que esta plaga no afectara a los judíos, tuvieron que matar un cordero y
pintar el dintel de la puerta con su sangre; de ese modo, el cordero pasó a ser
símbolo de salvación y perdón de los pecados.
Luego de que los judíos se escaparon de Egipto, por
razones obvias, comenzaron a celebrar ese día de su liberación, porque en esos
días, que ahora se le dice “Pascua”, se activan en todo el planeta las energías
de la Llama de la Resurrección y la Restauración del Plan de Dios sobre la
Tierra. Los judíos en conmemoración a esa fecha, comían el cordero del perdón y
el pan sin levadura. A esa festividad se la llamó en hebreo “PESACH”, que
quiere decir “paso” o “PASCUA”.
Pascua ocultamente significa salir del mal, la
opresión, el sufrimiento, el conflicto, la necesidad, la enfermedad y esa es la
bendición que trae esta “Luna Llena de Pascua”, incluso hasta en nuestros días.
Estos son los objetivos que se persiguen con la celebración de este Festival
Espiritual a nivel planetario y Solar. El Papa San Pío I, en el año 140, fijó
la fecha de la Pascua en el primer domingo después del primer plenilunio
después de la entrada de la Primavera marzo.
El Maestro Jesús consciente del Poder Espiritual
contenido en la Pascua, ese día celebró la “Última Cena” para conmemorar esta
festividad Judía, y le dio a entender a sus discípulos, que no mataran ningún
cordero para el perdón de sus pecados, que el Cordero sería Él, como Alma, ya
que este principio espiritual es el único que redime, salva, libera y de esta
forma los puso en la enseñanza correcta al respecto. Cuando comieron el pan,
Jesús dijo que este era su cuerpo o el del cordero que ahora era El, y el fruto
de la vid, su sangre purificadora. Por eso se dice: “Jesús es el Cordero de
Dios que quita los pecados del mundo”. Este hecho además de la efusión natural
estelar de la Pascua instauró de forma extra, algo mas, supremamente
indescriptible, un “momentum” que desde hace dos mil años esta sumado al poder
de la Pascua. El cuerpo que se inmola no es el de un cordero, sino el de Jesús
como “Cristo”, un Alma Divina Viviente, mimetizado a través del pan y el vino.
La Pascua Judía quedó transformada para la “Nueva Era de Piscis” que recién se
iniciaba en la comunión con el pan y tomar el fruto de la vid en memoria de
Jesús. Esto es la Comunión, la unión, el ser uno con todos, la confraternidad,
lo que es el Festival de Pascua, que si se celebra esta efusión cósmica, diluye
confrontaciones y conflictos entre las personas.
Dice el Maestro El Tibetano: El mundo es uno, y sus
sufrimientos son uno; la humanidad en verdad es una unidad, pero muchos lo
ignoran todavía y la tendencia de la actual enseñanza está dirigida a despertar
a la hu-manidad a fin de percibirlo. Quiero hacer hincapié sobre este
pensamiento: emergeremos en el futuro como una sola humanidad, depurada,
disciplinada, pero iluminada y fusionada. Quienes no capten este hecho
importante, ya se denominen beligerantes o neutrales, sufri¬rán profundamente
como resultado de su falta de participación en el destino de la totalidad. La
Jerarquía no es neutral. Está con el correcto elemento de cada nación y contra
todas las actitudes sepa¬ratistas, aislacionistas y materialistas. Tales
actitudes impiden la captación de los verdaderos valores espirituales y
obstaculizan el desarrollo humano.