Hay
que observar con la mente lozana y cristalina una hermosa flor, la inmensidad
del mar, un lindo centro comercial, un bello parque, sin atraer a la mente lo
aprendido en la escuela, lo leído en un libro, en la página Web, sin
significados, sin el intelecto que impide percatarse de lo sutil, lo bello, lo
armonioso.
Hay
que mirar sin juicio, sin el “yo personal” que opina y que es el observador, hay
que observar sin calificativos.
Tomado
del libro Metafísica Avanzada de Rubén Cedeño.