“Mediante el constante uso de la afirmación “YO SOY la Resurrección y la Vida”.
Podemos comenzar a ajustar todo en nuestra
experiencia diaria, y llevarla al Perfecto Orden Divino.
Pueden utilizar los numerosos momentos libres que
tienen durante el día –en los viajes de ida y vuelta al y trabajo o a las
tiendas, cuando esperan por alguien al teléfono, etcétera-, y hacer del uso de
esa afirmación, en diversas formas, un HÁBITO constante, de acuerdo con lo que
quieran manifestar. Por ejemplo, “YO SOY
la Resurrección y la Vida de la armonía de Jesucristo Ascendido en este hogar y
en esta familia, AHORA MANIFESTADA”(repetir 3 veces).Entonces, estén
pendientes de esa armonía, ¡espérenla! Anímense a esperar la mejoría e
increméntenla: “YO SOY la Resurrección y
la Vida de la Perfecta salud y actividad de cada célula y órgano de mi cuerpo,
aquí y ahora”. ¡Decirlo sólo UNA VEZ no lo conseguirá!.
La cuestión es impresionar constante y decididamente
la conciencia externa con la VERDAD de esta afirmación, hasta que el ser
externo realmente la crea; entonces, la manifestación tendrá lugar AL INSTANTE,
visible y tangiblemente ante sus propios ojos. Este es un hábito que nunca
deben interrumpir.
Visualizar constantemente la Presencia luminosa del
Amado Maestro Jesús alrededor de todos y de todo aquello que quieran
perfeccionar, hará mucho para acelerar la manifestación de su perfección. “Si sabéis estas cosas, bienaventurados
seréis si las hacéis”.
Tomado del libro JESÚS de Rubén Cedeño.