Rubén Cedeño
Chitré.
Abril 1990.
(Extractos)
- Siempre en Cuaresma - Rubén Cedeño, Págs 13-14.
El Maestro Jesús tipificó en su propia vida, la
vida que debe llevar cualquier discípulo espiritual. Cuando clavaron a Jesús en
la Cruz; con ese símbolo de la Cruz, le positivaron su vida; … Él clavo su
personalidad para que el Cristo Interno –que está en el centro de la Cruz-
saliera, y brotara a través de sí, esa Llama Triple, mediante la sangre que es
el vehículo de la Presencia “YO SOY”, el vehículo del Cristo Interno. Y al
clavarlo a Él, a través de su sangre salió la Energía Divina y penetró en la
tierra, depositándose en cada uno de nuestros corazones una gota de sangre del
Maestro Jesús.
Gracias a que el Maestro Jesús rindió su vida y la
dio por nosotros, podemos tener un Cristo Interno consciente, parlante, que
siente y actúa. Cada una de sus gotas de sangre está dentro de nuestros
corazones como un Cristo Activo.
Cuando Él estaba allí crucificado, comenzó a
pronunciar unas palabras y dijo SIETE, las cuales vamos a ir analizando:
“PADRE
PERDÓNALOS PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN”.
Jesús actuó como la Llama Violeta, el crucificó su
personalidad, no le importó que lo injuriarán, que hablaran mal de Él, no le importó
estar clavado en la Cruz siendo el Maestro de esa Era de la humanidad; sin
embargo, los perdonó... tú puedes hacer lo mismo que Él, invocar la Llama
Violeta Transmutadora del Perdón y decir: “YO
SOY LA LEY DEL PERDÓN Y LA LLAMA VIOLETA EN ESTA SITUACIÓN”. Esa es la primera
instrucción del Maestro Jesús: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que
hacen”.