La
metafísica no es una secta; en ella no adoctrinamos a nadie ni tenemos métodos
de captación y proselitismo. Solo basta que nos vean actuar en nuestras charlas
públicas, a puertas abiertas, con asistencias masivas de público en general y
personalidades de la vida artística, política y de los medios de información.
La palabra secta significa “apartarse o alejarse para seguir a alguien”, y
viene de las raíces latinas “sequor” y “secedo”. Nosotros en Metafísica no
seguimos a ninguna persona, maestro ni gurú, sino a Dios en nuestro corazón, y
para hacer esto no necesitamos apartarnos de nuestra hogar o familia.
Las
sectas son grupos supuestamente religiosos, cerrados, exclusivistas,
separatistas de un determinado culto original, al que la gente se incorpora
mediante previa admisión, con una prueba de actitudes supuestamente
espirituales. La Metafísica no es una religión sino una filosofía de vida, y
sus actividades son completamente abiertas, al alcance de todos; vivimos
integrados al conglomerado social y no hacemos pruebas de admisión.
El
Señor Charles Fillmore, fundador de la organización metafísica Unity, de los
Estados Unidos, nunca jugó un rol principal en la fundación de la “metafísica
moderna”, y Emmet Fox no sintetizó toda esta “enseñanza” en ninguno de sus
libros. Los autores mencionados gozan de todo nuestro aprecio y agradecimiento
por haber sido algunas de las fuentes de las que se alimentó Conny Méndez; pero
ellos no hablan, en ninguno de sus libros, de los temas que son nuestro diario
discurrir, como: los Maestros Ascendidos, los Siete Rayos, las Llaves Tonales,
Retiros Etéricos, Cosmogénesis y demás temas que nos ocupan en nuestros libros.