El cambio positivo de actitud mental y
emocional nos hace libres. ¿Libres de qué? Del sufrimiento, los problemas, la
pesadumbre, la negatividad, la tristeza, el abandono, el juicio, la soledad y
el pasado.
¿Dónde está la verdadera, única,
infalible e inalienable libertad? En el Vacío, al vaciarse de los deseos, apegos,
la contaminación de la mente, la personalidad, los pensamientos negativos. Por
eso hay que quitarle poder a la personalidad; ya no seguir en la lucha personal
de que viene un virus, los ladrones, la escasez, el gobierno, te van a matar,
te vas a arruinar.
Esto perturba, te pones en el plano de
la lucha, lo que desgasta, agota, estresa, y por eso la gente termina en
consultorios de psicólogos, tomando frascos de pastillas, consumiendo alcohol,
drogas, o tirándose al metro. Pero con eso no solucionamos nada, porque se
llevarán esa perturbación al más allá y será peor, pues no tendrán cuerpo
físico para resolver las situaciones que los llevaron al suicidio y estarán
perturbadas hasta que puedan volver a tener cuerpo, crecer, regresar a la misma
situación y resolverla sin evadirla. Algo peor: como todos los problemas son
apariencias, son irreales, en el más allá verán que no valía la pena matarse,
que la situación era fácilmente solucionable.
Tomado del libro Espiritualidad
Dinámica de Rubén Cedeño.