Rubén Cedeño
(Charla dictada en
Vaisali India-7-01-09
El
Señor Gautama, antes de desencarnar, nos alertó con esta máxima: “Siempre
tengan presente que todo es impermanente y pasajero”. Solo el Dharma permanece.
La pirámide que tanto costó construirla se va a caer algún día, la torre la
partirá un rayo, el papel que contiene el título se perderá, la acusación se
disolverá, la foto se desteñirá, la estatua se quebrará, las cenizas del cuerpo
incinerado se mezclarán con la tierra, y todo se fundirá con lo demás. Serás
uno más, indistinguible caminando por los senderos de la ciudad donde vives. La
Enseñanza Espiritual permanecerá, será invencible, porque está conectada a los
planos superiores que permanecen más allá de las destrucciones manvantaricas,
esto quiere decir, trascenderá los periodos de manifestación cósmica. El que
comunica el verdadero Dharma, permanecerá con la eternidad que le es inherente,
el que no, perecerá como toda mentira.
Hay
tantos inventos por allí de meditaciones, cursos de esto y de lo otro, donde
enganchan a las personas que buscan espiritualidad y encima les cobran. Pero no
importa, no se debe poner la atención en nada de eso. El que comunica la Verdad
se perpetuara, el que engaña, caerá.
MEDITACIÓN
Una
recomendación del Señor Gautama dada en su “Ultima Platica” y que cada Luna
Llena de Junio rememora el Señor Maitreya que es para tenerla a perpetuidad en
la vida es practicar al MEDITACION. Dijo el Señor Gautama: Únicamente se
sostiene bien mi cuerpo cuando me sumerjo en fervorosa meditación, abstraído
del mundo material”. La meditación que enseña el Señor Gautama es la más
natural y simple que se pueda hacer y es la que recomendamos. Consiste
comenzando con la relajación y tomando una postura cómoda. Luego observar la
realidad que uno es como cuerpo físico, parte por parte, después seguir
observando cada una de las emociones que circulan por el cuerpo emocional y por
ultimo observar los pensamientos de la mente. Si acaso se puede percibir algo más
profundo, se apreciará como una realidad y no como algo mágico, una ilusión o
invento de la mente. Luego de esto hay que tratar de percibir el Alma o Cristo,
diciendo el OM y visualizar que se fusiona la personalidad con la parte divina.
Esto es fácil, todos la pueden hacer. Solamente la meditación sostiene el
cuerpo saludablemente, en armonía, despegado del plano de la lucha, le alivia a
uno la carga de los años con la edad, los problemas y las situaciones
inarmónicas de cualquier índole.