PERDÓN DE FIN DE AÑO POR RUBÉN
CEDEÑO
Minutos
antes de que se termine el año, es necesario perdonar, transmutar y disolver
todo lo negativo del año que termina. Si uno celebra lo bueno sin redimir las
cosas negativas, tales como odios, rencores y situaciones difíciles que hemos
vivido, esa alegría se disuelve fácilmente, y como el Espíritu de la Navidad es
una energía de mente y sentimientos tan delicada, se puede esfumar con nuestra
negatividad; por eso es tan necesario el Perdón de Fin de año.
Como
hay personas que se reúnen todos los días del año viejo para recibir al
Espíritu Envolvente del que comienza y quieren hacer, en conjunto, la
invocación de “El Perdón de fin de año”, aquí se las damos:
PERDÓN DE FIN DE AÑO:
1.
Yo, consciente de mis actos y asumiendo el control de lo que “Yo Soy”, borro de
mi subconsciente y del registro etérico, todo récord y memoria de cada suceso
discordante que haya vivido este año.
2.
Perdono de corazón y olvido para siempre, todo disgusto, agravio, deuda, desamor,
irritabilidad, agresión, traición, maledicencia y odio que me haya causado
cualquier ser humano, situación o cosa.
3.
A todos aquéllos que se hayan ido de mi lado para otro grupo, trabajo, partido
o círculo de amistades, los suelto y los dejo ir sin reclamarles nada, dándoles
la plenitud de mi amor, para bendecirlos y prosperarlos dondequiera que se
hayan ido y donde estén.
4.
Renuncio con toda la entereza de mí ser a todo apego a objetos, situaciones,
posesiones y, sobre todo, personas. Declaro que nada ni nadie me ata a nada, y
“Yo Soy” libre, pero completa y absolutamente libre, para entregarme, ampararme
y refugiarme en Dios y solamente en Dios, para siempre.
5.
Borro todo aquello que me haya sucedido este año, que no sea un escalón dentro
de mi proceso de ascensión, y hago desaparecer de mi vida todo obstáculo que me
impida volar hacia la libertad, que es el estado natural de mí ser.
6.
Cubro cada segundo, minuto, hora, día, semana y mes de este año que concluye,
con la fulgurante y resplandeciente llama Violeta, borrando toda energía mal
calificada, y la envuelvo con la incandescente brillantez del Fuego Blanco de
la Ascensión.
7.
Libre de personalidad, ego, pasado, memoria y mal Karma, entrego mi “Corriente
de Vida” al Servicio Único de La Luz, para que, de ahora en adelante, sólo Oiga
La Luz, Sienta La Luz, Vea La Luz, Saboree la Luz, Huela la Luz y Piense la
Luz, hasta alcanzar la eternidad.