Dios dice: "No
toquéis a mis ungidos". Por lo tanto, una persona que crea en Dios,
que tenga Su Unción Divina, no puede ser tocada por nada, mucho menos por un
virus. Dios puede actuar a través de Ti
como salud o curación, en la medida en que tú se lo permitas a través de tu
actitud positiva y la invocación correcta de los poderes salutíferos que Dios
mismo Es.
Ante cualquier temor a enfermarte o a alguna
enfermedad, di primero: "Yo no
acepto esto, ni para mí, ni para nadie". Luego repite: "Yo Soy Salud porque Dios es Salud,
y le digo a todo virus: fuera de aquí, tú no tienes poder sobre mí, ni sobre
nadie. Por el más grande Poder de Dios en mí, te digo: disuélvete, vuélvete
Luz, Luz salutífera, Luz de Salud, Luz de Dios". Si esta invocación la
acompañas visualizando una Luz de Color Verde alrededor de todo tu cuerpo o de
la persona que tenga la apariencia de enfermedad, aligerarás todo el proceso de
sanación de forma sorprendente.
Tomado del libro Cúrate a ti Mismo de Rubén Cedeño.