RUBÉN CEDEÑO
Libro "TE AMARE
ETERNAMENTE"
Para
1952, muchos estábamos encarnados y otros a punto de nacer en los meses y años
que seguían. Viendo la emergencia cósmica donde la tierra peligraba de ser
destruida y los Maestros bajo el comando del Maestro Saint Germain había
desarrollado un plan de salvación, muchos fuimos al Tribunal Kármico y juramos
ante la Llama Insustenta en el Grand Tetón y el Maestro Saint Germain el
siguiente propósito: «Cuando yo encarne me comprometo a trabajar en el Plan de
Salvación de la Tierra, en la expansión e instauración de la Llama Violeta, los
Siete Rayos, la Presencia Yo Soy, la Jerarquía Espiritual de Shamballa y por
todo lo demás que tú, Saint Germain, quieres hacer para salvar a la humanidad”.
Los que estaban encarnados, fueron en espíritu e hicieron este compromiso y
decidieron cancelar rápidamente el karma que debían para poder en un futuro
trabajar con esta Enseñanza. Por eso cada vez que viene alguien por allí a
desviamos de la instrucción del Maestro Saint Germain y hablarnos en contra de
las cosas como las sabemos y conocemos, temblamos, nos angustiamos, nos ponemos
nerviosos, porque nuestra vida está comprometida en ese juramento. Nosotros
existimos por ese juramento.
Nosotros
nos comprometimos en hacer el trabajo del Maestro Saint Germain. A veces uno da
vueltas enseñando cosas que no son la Llama Violeta, los Rayos, el Yo Soy y la
Jerarquía Espiritual, que no son malas, pero se hace para que la gente se
instruya sobre otros temas de interés, pero siempre volvemos a lo anteriormente
mencionado, por que sucede algo que nos hace volver a estos temas y enseñar a
la gente a transmutar. Volvemos a esta base que es nuestro fundamento.
Acordémonos siempre de los Pilares.
La
protección que hemos tenido cuando han venido arremetidas de las energías
siniestras, que nos han querido sacar de estos puntos que conocemos, lo que nos
ha protegido han sido las invocaciones y servicios que hemos hecho, las visitas
realizadas a los lugares físicos de los Retiros etéricos, nuestra labor
desinteresada y nuestro amor; y por eso en el presente tenemos que seguir
invocando para que solamente la perfección, la armonía, la belleza y la
felicidad sean.