08 abril, 2014

RECONOCIMIENTO DE LA JERARQUÍA ESPIRITUAL

El Festival de Pascua en síntesis, activa siete poderosas energías que atraen la manifestación de la Luz del Alma a los habitantes de la Tierra.

1. La Llama de la Resurrección.
2. La Llama de la Restauración.
3. El Amor de Dios.
4. El Cristo Viviente.
5. La Unidad Planetaria.
6. Reconocimiento de la Jerarquía Espiritual.
7. Jesús como Discípulo Ejemplar Mundial.

Utilicemos estas siete poderosas efusiones cósmicas del “Festival de la Luna Llena de Pascua” para absorber e irradiarlas al conglomerado humano, trabajando por procurar e instaurar la Paz y la Armonía, a cualquier foco de discordia que exista en nuestros mundos, o en una nación donde haya alguna confrontación.

RECONOCIMIENTO DE LA JERARQUÍA ESPIRITUAL
Es importante plantearse en este momento de los albores de la Nueva Era, en que muchas personas conocen de la existencia de algunos miembros de la “Gran Hermandad Blanca”, de qué se trata este objetivo de la efusión del Festival de Pascua, como lo es el “Reconocimiento de la Jerarquía Espiritual de Shamballa”. Ciertos miembros de la raza humana han tomado equivocadamente el conocimiento de los Maestros Ascendidos para justificar dividirse o decir que canalizan supuestos mensajes de algunos de ellos. ¿Acaso será este el propósito que los Maestros Conocen y Sirven? Pues se sabe radicalmente que la respuesta es tajantemente ¡No!. No se trata de mas divisiones, ni de ilusiones sensibleras. Una persona que trabaja para el “Propósito de la Jerarquía”, uno de sus primeros distintivos es buscar “Rectas Relaciones Humanas” con toda la humanidad y dentro de ella están todos los grupos espirituales que conocen a los Maestros de Sabiduría.

El Reconocimiento de la Jerarquía Espiritual trata de lograr hacer aceptar o dar a conocer las funciones que algunos de sus miembros desempeña en beneficio de la humanidad, como seres que han desenvuelto uno de los Aspectos de Dios expresado por uno de los Siete Rayos y lograr que los que lo deseen puedan hacer el “Esfuerzo Positivo” de purificar la naturaleza de su “trinidad inferior” compuesta por los cuerpos Físico/Etérico, Astral y Mental, disciplinarse mediante la práctica de las Reglas que los mismos Maestros han dado a conocer y altruistamente ponerse al servicio de la humanidad, sea en el campo de la política, la educación, la ciencia, el arte o la religión.

Reconocer a la Jerarquía Espiritual, no es creer que ellos son una especie de “Club de Ancianos Bondadosos”, que sólo se ocupan de mostrarle una faceta, dulce, complaciente y permisiva a la humanidad. No, nada que ver. Son seres de “Amor Compasivo” que ejercen vigorosamente el Saber, la Fuerza y el Poder rigiendo los destinos de la humanidad, haciéndole comprender la realidad del Alma, partiendo de la anulación de la personalidad, asunto difícil y muy conflictivo, todo esto dependiendo de la movilización que la gente haga del Principio de Karma. Tomando en cuenta que la gran mayoría de las veces esto no es positivo, ya que esta Ley procurando instruir a la humanidad, a veces trae consecuencias que se consideran fatales desde el punto de vista mundano de las cosas. Las presencias de los miembros de la Jerarquía Espiritual casi siempre son serias, adustas, nada complaciente con ninguna personalidad, en ningún aspecto permisivos a los desmanes de la personalidad, asunto que le ha producido, a más de uno de los que los han contactado, francas decepciones. Solo los muy entrenados en la comprensión de la dramática situación de la humanidad que vive al filo de la perdición y necesita correctivos firmes, inmediatos, certeros, e infalibles, asumen esto con la debida seriedad. Es posible que se entre en contacto con Ellos, no para contemplarlos ni deleitarse con sus presencias, sino con el solo propósito de literalmente remangarse las vestiduras y meter mano en el fango mal oliente y asqueroso de las profundidades del existir humano a ver a cuántas personas se pueden rescatar de allí. Esto no tiene nada de romántico ni de idílico, solo poseen esta visión distorsionada los escritores, compositores y cineastas que quieren darle un márquetin sensiblero al sendero espiritual.
De todas maneras Ellos, los Grandes Iniciados, son seres que se cuidan menormente de no dejarse contactar con los que van a crear una imagen distorsionadas y hacer mal uso de sus personas y su trabajo, por eso viven retirados en lugares inaccesibles. Para poderlos tratar prueban de diferentes formas a los que aspiran a estar delante de sus Presencias. Ellos son lo más ajeno al manejo de canalizaciones y mensajerismo, debido a ello le dejan esas distracciones a los espíritus burlones del astral, y a los que se divierten con las fantasías de semejantes triquiñuelas. Amén de esto, dejan que los lamentos de la sufriente humanidad llegue y se introduzca hasta sus encumbrados retiros, para desde allí lanzar sus poderosas energías de ayuda, que son efectivas, siempre y cuando el karma de las personas y países se los permita llegar y resolver, si no, esperan pacientemente el momento en que la humanidad demuestre su cambio positivo de actitud mental, emocional y acciones para que así puedan penetrar sus auxilios en el denso mundo humano, para el cual “Ellos” siempre ocultan la inclusión de sus personalidades.
Todas las personas adultas, maduras, serias, responsables, dispuestas a sacrificar su personalidad, sin ambiciones personales, limpias de la herejía de las separación, conscientes de sí mismas, independientes, mayores de edad, sin traumas ni problemas psicológicos, sensatas, inteligentes y autocontroladas, que no estén contra nada ni nadie; de mentes claras, colaboradoras, alegres, desprejuiciadas, humildes, totalmente afectivas, amigas entrañables y confiables, de extremo entendimiento entre sí, que no se inmuten por ninguna observación directa o indirecta que se les haga; inquietas y movientes, tanto física como mentalmente, y más que nada en asuntos del desenvolvimiento del “Alma”; pueden aspirar a trabajar por el bien de la humanidad bajo los lineamientos de estos “Grandes Seres”. Por eso, se propone como objetivo en la Luna Llena de Pascua, el Reconocimiento de la Jerarquía Espiritual.