NOTA DE RUBÉN CEDEÑO
Libro: Grecia
Iniciática
Atenas 21.12. 2014
A
pesar del tórrido sol del mediodía, no hacía calor, ya que el frio del invierno
que inaugurábamos en este día lo compensaba y hacia el momento ideal para ir a grabar
las charlas sobre la Diosa de la Verdad, Pallas Atenea y su Retiro Eterico en
la propia Acrópolis de Atenas, que apenas distaba unos metros de donde
estábamos hospedados.
El
cielo no tenia ni un solo rasgo de nube alguna, su azul imperaba y se imponía
majestuosamente. Hicimos el plan de las grabaciones comenzando por la “Vía
Panatenaica”, entre el Areópago y la Acrópolis, pero al ver al frente de mi la
“Montaña de la Musas”, fue inevitable perder la noción del presente y que
vinieran a mi memoria momentos de mi infancia relacionadas con Pallas Atenea.
Mi
más grande ensoñación es reconstruir mentalmente las procesiones que venían por
la “Vía Panatenaica”, que desde Eleusis, subían a la Acrópolis y entraban al
Partenón a adorar a la Diosa, lugar donde ahora estaba y comenzaba la
grabación, precisamente haciendo una memoria de esta ceremonia.
Con
el equipo de grabación fuimos deteniéndonos en los lugares correspondientes, a
grabar todo lo pertinente, que ya está escrito en el libro “Grecia Iniciática”,
como antesala al advenimiento del Quinto Rayo Verde de la Verdad, la Ciencia,
la Vinculación y la Sanación.
Ahora
en ocasión de esta grabación la Acrópolis la encontramos vacía de turistas,
cámaras, guías y de gente gritando y haciendo comentarios impropios a este
santo lugar, lo que permitió disfrutar de la delicia de extenderse en
explicaciones para que los que nunca han venido a este sitio o han venido y no
han tenido las explicaciones debidas, tengan la oportunidad de informarse
viendo nuestros videos. Esta es la razón por la cual se hace este esfuerzo,
como el de dentro de pocos días tener aquí a un grupo casi de 40 estudiantes
que vendrán a escuchar estas explicaciones en vivo e “in situ” que con gusto se
les darán.
Exactamente
saliendo por la puerta de los Propileos, que es la entrada a la Acrópolis,
venia ingresando una familia muy joven con un niño que no pasaba de cinco años
y su papa le dijo en voz alta y contundente: “Este es el Partenón” el templo más
importante de aquí. De inmediato intervine y le dije al niño y toda la familia
sin conocerlos: “Eso es lo que hay que hacer, inculcarles la cultura a los
niños desde muy pequeños, eso hicieron mis padres y mi abuelo conmigo desde que
tenía esa edad y por eso he llegado hasta la edad que tengo viajando al
Partenón, con la capacidad de admirar y desear siempre volver a contemplar esta
belleza y llenarme del saber que aquí hay, que es una de las razones de mi
vida, asunto que nunca traiciona, engaña ni decepciona jamás, sino que
acompaña, nutre y hace crecer a todos los niveles incluso a la medida del Alma.
No por casualidad era una familia de venezolanos, la madre de Margarita y el
padre de Maracaibo, de un extremo y del otro por donde se extienden los
dominios del país donde se me dio nacer.