23 diciembre, 2014

PALLAS ATENEA Y LA ACROPOLIS



NOTA DE RUBÉN CEDEÑO
Libro: Grecia Iniciática
Atenas 21.12. 2014

A pesar del tórrido sol del mediodía, no hacía calor, ya que el frio del invierno que inaugurábamos en este día lo compensaba y hacia el momento ideal para ir a grabar las charlas sobre la Diosa de la Verdad, Pallas Atenea y su Retiro Eterico en la propia Acrópolis de Atenas, que apenas distaba unos metros de donde estábamos hospedados.

El cielo no tenia ni un solo rasgo de nube alguna, su azul imperaba y se imponía majestuosamente. Hicimos el plan de las grabaciones comenzando por la “Vía Panatenaica”, entre el Areópago y la Acrópolis, pero al ver al frente de mi la “Montaña de la Musas”, fue inevitable perder la noción del presente y que vinieran a mi memoria momentos de mi infancia relacionadas con Pallas Atenea.

Mi más grande ensoñación es reconstruir mentalmente las procesiones que venían por la “Vía Panatenaica”, que desde Eleusis, subían a la Acrópolis y entraban al Partenón a adorar a la Diosa, lugar donde ahora estaba y comenzaba la grabación, precisamente haciendo una memoria de esta ceremonia.

Con el equipo de grabación fuimos deteniéndonos en los lugares correspondientes, a grabar todo lo pertinente, que ya está escrito en el libro “Grecia Iniciática”, como antesala al advenimiento del Quinto Rayo Verde de la Verdad, la Ciencia, la Vinculación y la Sanación.

Ahora en ocasión de esta grabación la Acrópolis la encontramos vacía de turistas, cámaras, guías y de gente gritando y haciendo comentarios impropios a este santo lugar, lo que permitió disfrutar de la delicia de extenderse en explicaciones para que los que nunca han venido a este sitio o han venido y no han tenido las explicaciones debidas, tengan la oportunidad de informarse viendo nuestros videos. Esta es la razón por la cual se hace este esfuerzo, como el de dentro de pocos días tener aquí a un grupo casi de 40 estudiantes que vendrán a escuchar estas explicaciones en vivo e “in situ” que con gusto se les darán.

Exactamente saliendo por la puerta de los Propileos, que es la entrada a la Acrópolis, venia ingresando una familia muy joven con un niño que no pasaba de cinco años y su papa le dijo en voz alta y contundente: “Este es el Partenón” el templo más importante de aquí. De inmediato intervine y le dije al niño y toda la familia sin conocerlos: “Eso es lo que hay que hacer, inculcarles la cultura a los niños desde muy pequeños, eso hicieron mis padres y mi abuelo conmigo desde que tenía esa edad y por eso he llegado hasta la edad que tengo viajando al Partenón, con la capacidad de admirar y desear siempre volver a contemplar esta belleza y llenarme del saber que aquí hay, que es una de las razones de mi vida, asunto que nunca traiciona, engaña ni decepciona jamás, sino que acompaña, nutre y hace crecer a todos los niveles incluso a la medida del Alma. No por casualidad era una familia de venezolanos, la madre de Margarita y el padre de Maracaibo, de un extremo y del otro por donde se extienden los dominios del país donde se me dio nacer.