14 enero, 2014

MAESTROS, por Serapis Bey



Maestro Serapis Bey
MAESTROS

De vez en cuando, surgen ciertos individuos que opinan que no se necesita un mediador o “puente” que conecte al Ser Divino con el intelecto exterior. Como la Presencia está conectada –a través del Santo Ser Crístico– con el corazón de cada corriente de vida, esta gente está honesta y firmemente convencida de que no se requieren medios externos de comunicación y guía espiritual.

Maestro Ascendido Serapis Bey. Por Frank Alvarado
A esta gente le digo lo siguiente: el propósito de un mediador es transferir la Verdad, desde el Corazón de Dios a las mentes externas de los individuos que han perdido su contacto personal y directo con su propia Divinidad. Cuando se logra tal propósito, desaparece la necesidad de un mediador o de transmisión de conciencia alguna; pero mientras no se alcance este punto, las mentes externas de los seres humanos, incapaces de elevarse a la inspiración de sus propios Seres Superiores, permanecen a oscuras. Sin embargo, gracias a la Misericordia de Dios, reciben Iluminación a través de aquellos que han logrado un grado de evolución mediante el cual pueden escalar el Monte del Logro, asimilar la Verdad y llevar de regreso el conocimiento de esa Verdad, a los peregrinos que están en el Sendero. Los peregrinos sabios le echarán mano a la copa que se les ofrece y, al hacer esto, su ascenso al Monte del Logro será menos arduo.

Cada corriente de vida sobre el planeta ha tenido comunicación directa con la Presencia, desde el momento en que se produjo la individualización. Por encima de cada corriente de vida en la Tierra, sobrevuela una Guardiana Silenciosa. No obstante, si carecen de un mediador o guía espiritual en el plano físico, estos individuos son incapaces de recibir guía directa de sus propios Seres Superiores. Esto se evidencia por sí mismo, con el hecho de que, durante cuatro millones y medio de años, a la Presencia le ha sido imposible elevar la conciencia externa de la humanidad, a una unicidad con Su conciencia, ya que las vibraciones finas y sutiles de la Presencia no son atendidas por los oídos del ser exterior.

Por este motivo, Dios, en Su Misericordia, ha provisto consejo espiritual en distintos niveles, a través de cuerpos físicos altamente desarrollados como mediadores, que hacen que los seres externos se vuelvan hacia la Verdad. Han habido muchos mediadores falsos. No obstante, se puede evaluar la confiabilidad de un mediador en sus enseñanzas: si estas hacen que el ser exterior se vuelva hacia la propia Poderosa Presencia “YO SOY” del individuo, entonces el mediador viene de Dios.

Tomado del libro "Reino de Bey", de Serapis Bey.