El “Estado de Gracia” es
vivir sin enfermedades, sin conflictos sentimentales, sin problemas, armónicos,
pacíficos y felices, de acuerdo al “Concepto Inmaculado” y al “Plan Divino de
Perfección”, atentos sólo a la belleza, la salud, la fe, la sabiduría y la
tranquilidad. Para que nunca carezcamos de gracia, digamos siempre: “Yo Soy la
Gracia de Dios en mí”.
Tomado del libro Pilares de
la Metafísica de Rubén Cedeño.