La oportunidad y la obligación de los Hermanos del
Primer Rayo es ayudar a cualquier inteligencia autoconsciente para que la misma
encuentre dentro de sí misma la Voluntad de Dios. No es Nuestro propósito ni
Nuestro servicio inducir a cualquiera de esas inteligencias para que se apoye
en Nosotros con el objeto de obtener directivas, lo cual finalmente debilitaría
–antes que fortalecer– el desarrollo de esa inteligencia. Nosotros conocemos la
Santa Voluntad de Dios y, cuando Nos invitan, ofrecemos sugerencias y consejos
que todo individuo es libre de aceptar o rechazar, de acuerdo a su propio
desarrollo y a su capacidad para recibir la sabiduría contenida en los mismos.
Maestro Ascendido El Morya |
No es cierto que el Maestro o Gurú (sea un Ser
Ascendido o un sabio) debilitará las facultades de discernimiento del chela;
por el contrario, fortalecerá y fomentará el desarrollo de esas facultades para
dirigir gradualmente al ser externo hacia el propio mentor inteligente del
chela dentro de sí mismo (el Santo Ser Crístico). Muchos, sin embargo, usan
esta misma libertad para explotar y exteriorizar algún motivo personal. Los
pocos expanden su conciencia y gracia mediante la proximidad con el Maestro; la
expresión manifiesta de tal expansión de la divinidad es la verdadera humildad
que emana del corazón, y no un ropaje arrojado sobre la engañosa vestidura del
orgullo espiritual y el deseo de tener un "lugar" en el mundo dela
forma.
La ley que gobierna la evolución de la raza
requiere que el "conductor" de la verdad, el mensaje y la palabra sea
una conciencia que more en la esfera y en el reino donde la radiación será
dispensada. De este modo, los Avatares se han preparado y han descendido de vez
en cuando, en complicidad con la Ley, y mientras moraban en los reinos
inferiores, a través del esfuerzo individual autoconciente, tenían la habilidad
de mantener Sus conciencias en el reino superior. Desde estos planos recibían
la gran verdad, el conocimiento y el consejo de los Seres Superiores que allí
habitan, que no son accesibles a la mente e inteligencia conciente de aquellos
que moran en los planos inferiores.
Las siete esferas que conforman el aura de la
Divinidad (Helios y Vesta) se encuentran bajo el imperio de esta Ley Cósmica, y
los ángeles, devas, Maestros y elementales de cada esfera actúan como
conductores de las ideas, bendiciones, radiación y descarga general de las
inteligencias que están en la esfera directamente superior a ellos. De esta
manera, conducen las bendiciones de Dios y la Voluntad Divina hacia la
periferia del Universo.
La humanidad, en masa, también depende de la
preparación y presencia de estos “conductores”, que llegan hasta ella con el
propósito específico de poner a su disposición la verdad, la radiación, el
consejo y la presencia misma de la Jerarquía. El libre albedrío permite que
cada ser humano acepte o rechace este servicio, y la evolución de la conciencia
individual depende mucho de la habilidad de la corriente de vida para utilizar
y –generalmente– aceptar el servicio así ofrecido. El individuo que sirve como
"conductor" también hace uso de su libre albedrío cuando elige
prestar este servicio, debido a que el karma del mismo es pesado, razón por la
cual no es comúnmente ofrecido o, si lo es, no es sostenido por un largo
período.
Tomado del libro Zafiros de El Morya.