Lámina de la Presencia "YO SOY" |
Rubén Cedeño
Caracas 20.7.2012
A Reina Rodríguez
Estamos en la Metafísica para manifestar lo que
Dios es, y Dios es “Solo Perfección”. Si aceptas la imperfección de cualquier
índole que alguien te cuente de sí mismo o de los demás, esta se te pega y te
vuelves eso. Así que no le aceptes a nadie que te hable imperfección de
ninguna persona, situación, o cosa,
acepta “Solo Perfección”.
Existen casos de personas que llaman especialmente
a los demás por teléfono, le dicen en persona
o cuelgan en los medios informáticos escritos espetándole defectos a una
persona, grupo espiritual, facilitador o Maestro. Si aceptas esto, en ese mismo
momento se te pega y esa energía se queda contigo para siempre y te puede hacer
mucho daño, a menos que la niegues y se la devuelvas a la que la está generando
en ese mismo momento, antes de que se anide en ti. No lo aceptes, pero hazlo
con cariño y dile: “A mi no vengas a hablar mal nadie y mucho menos de alguien
o una escuela o religión que predica a Dios. Yo acepto “Solo Perfección”.
Tengo el caso de una joven de excelentes
sentimientos, muy devota de Dios y de los Maestros, en extremo servicial, pero que tenía que desarrollar el no ser
influenciable. Ella sostenía una maravillosa actividad espiritual de los
Maestros a nivel mundial. Los Maestros
Ascendidos no le dan algo así a todo el mundo, era un privilegio. Trabajos como
éstos generalmente se tardan muchas encarnaciones para llegar hasta
realizarlos. Pero esta joven se puso a
escucharle a un resentido, que le decía
que ella no debía hacer eso que hacía, que se fuera de esa actividad y le colmó
los oídos hablándole de los defectos de
aquel que le facilitaba y del grupo donde ella estaba. Ella le hizo caso y
cometió el grave error de renunciar a ese maravilloso trabajo que le habían
dado los Maestros en persona. El trabajo no se dejó de hacer, de inmediato el
cargo lo tomó otra persona. Después de años, esta chica sigue arrepentida de su
renuncia y su alma vive gimiendo por haberle hecho caso a un “delincuente
espiritual”. Delincuentes espirituales los hay en todas partes que hablan y
hacen barbaridades. ¿Y te vas a poner a
hacerle caso a un delincuente espiritual? Es peor que ponerse a hacerle caso a
un delincuente social.
Los que vienen a hablarte mal de otra persona, tu
camino espiritual, tu maestro o tu facilitador son sombras que quieren que tú
vivas en las penumbras de la queja, el reclamo y el resentimiento como él.
Cada quien quiere para los demás lo que más le
satisface. Al que le satisface la Luz quiere que los demás vivan en la Luz. Los
que viven en la Luz solo piensan, sienten, hablan y proyectan Perfección,
armonía y belleza. Ningún espíritu de
Luz habla mal de ningún maestro, facilitador o grupo espiritual.
Al que le satisfacen las sombras quiere que los
demás vivan en la oscuridad y le molesta terriblemente que alguien viva en la
Luz. Solo las sombras hablan mal y critican la labor de otra persona, Maestro,
facilitador, religión o escuela espiritual.
Las sombras lo que desean es que seas infeliz, pero no se lo aceptes,
diles: A mi no vengas a hablar mal de nada ni de nadie, háblame de “Solo
Perfección” y si no lo haces no me hables más hasta que llenes tu boca con
palabras de perfección.
No le aceptes a nadie que te venga a decir que lo
botaron de aquí o de allá, lo expulsaron
de su grupo espiritual o lo botó su maestro o facilitador. Hay escuelas
espirituales como la Metafísica de donde no se bota a nadie. Pero hay personas que dicen que los
botaron y predican esto para crear conflicto en la mente y el corazón del que
está en paz. Si a alguien lo botaron de un grupo o religión o lo expulsó su
maestro, “así sería de malo”. ¿O es que
te vas a poner a creer que “el estudiante era bueno y el malo era el maestro”?
Ese cuento lo han hecho creer casi todos los niños en la primaria para que los
padres no lo castiguen por sus bajas calificaciones.
Hay escuelas donde una de las pruebas es que al
estudiante lo hacen quedar fuera de ella a ver si pide e insiste volver a entrar y de esta manera probar su
gran interés por estar en ella y que de hecho es vuelto a aceptar. Así que el
que te venga a decir que la pareja, tal grupo o facilitador lo botó,
contéstale: “Si esa persona, escuela o maestro era malo, gracias a Dios que te
botó”. Dale gracias a Dios que te liberaste, te hizo un gran favor, dale las
gracias. Y si esa persona o grupo era bueno, sé
humilde e insiste que te vuelvan a aceptar. En ambos casos no hay nada malo que hablar, ni
contaminarse el cerebro con la negatividad de lo que diga alguien. No sabes lo
terrible que es empatarse en los comentarios
negativos que se hace contra una religión, o persona religiosa. Trae el
karma, que después por muchas encarnaciones hace que no se pueda volver a estar
en contacto con un buen maestro o
escuela espiritual verdadera. Eso lo vemos por allí, en personas con deseos
espirituales a los que por vivir en determinada parte nos les llegan ni libros
ni buenos maestros y se están muriendo por ello. Hay que ver lo que hicieron en
otras vidas.
No sigas con ninguna conversación nefasta que te
haga ver, oír o hablar imperfección, ni la repitas, eso te hace perder tu
cielo, te desarmoniza, te hace desconectarte de tu “Plan Divino de Perfección”
y tu “Concepto Inmaculado”.
Recuérdate siempre de este propósito que proponen
los Maestros Ascendidos en las “Meditaciones Diarias” y ponlo en práctica ya:
“Que mis ojos no miren sino Perfección; que mis oídos no escuchen sino
Perfección; que mis labios no hablen sino Perfección.”
Así que puedes afirmar: “Yo veo solo Perfección; yo
oigo solo Perfección; yo hablo solo Perfección.