10 marzo, 2014

GUARDANDO LA CUARESMA



(Fragmentos del “Evangelio Crístico”)
Rubén Cedeño

Es importante que guardemos la Cuaresma, ya que es un período de ascesis espiritual, esto es, reglas y prácticas encaminadas a la liberación del Espíritu y el logro de la virtud. Es también un período de purificación y preparación para el encuentro con Dios, que se logra por medio de la reflexión en la muerte de nuestra personalidad, observando la Pasión de Jesús, y en la Resurrección de nuestro Cristo Interno, mediante la meditación en la Resurrección de Jesús. Recuerda todos los días de Cuaresma escuchar la música Cuaresmal.


PRIMERA SEMANA DE CUARESMA
La Primera Semana de Cuaresma, que comienza el Miércoles de Cenizas y va hasta el segundo Miércoles, está dedicada a la purificación del cuerpo físico por medio de acciones espirituales que tengan que ver con éste cuerpo y la renuncia, como la caridad física. La caridad la vamos a practicar purificando nuestro armario o closet, tomando toda la ropa que ya no usamos y regalándosela con nuestras manos y con mucho amor a alguien. Lo mismo podemos hacer con comida, dinero y todo tipo de cosas físicas.

Propongámonos borrar de todos nuestros escritos, de nuestros conceptos mentales y conversaciones toda palabra de condenación, critica y hasta el mas leve comentario que no sea una bendición hacia cualquier persona o grupo que tenga otras creencia diferente a las nuestras, con quien hayamos discutido, o que tengan distintos puntos de vista. Esto es Crístico por eso es bueno hacerlo, nos purifica nos acerca a Dios tal vez tengamos que doblegar nuestro ego, pero eso también es maravilloso ya que nos limpia interiormente.

Devolvamos todo lo que le hayamos quitado a otra persona. A veces nos apropiamos de ideas ajenas para hacer escritos, composiciones, resoluciones empresariales, dinero, que no son nuestros para ganar glorias con el genio, la inventiva, el trabajo de otro, pero todo eso es falsedad y aunque nosotros mismos nos creamos grandes, es una mentira en la que nosotros mismos nos estamos engañando. La cuaresma es el momento de purificarnos.

Perdonemos verbalmente a las personas que no le han rendido culto a nuestro ego desobedeciéndonos, insatisfaciendo nuestras demandas, ignorando nuestras solicitudes.

Meditemos en Jesús cuando fue despojado de su ropa y tuvo que exponerse completamente desnudo exhibiendo las partes mas intimas de su cuerpo ante un pueblo que lo aclamaba para condenarlo. Allí Jesús perdió todo lo que tenía su túnica, reputación, las buenas opiniones que tenían de El, el pudor, la confianza en sus discípulos y tantas cosas más.

Que duros e injustos somos cuando llamamos o pensamos que un estudiante que va con su Facilitador aprendiendo es un “adulador”. Solo una persona mala, cruel, con deseos de herir usa esta palabra en su vocabulario. Borrémosla, perdonémonos y llamemos a la persona que hemos insultado llamándola “aduladora” o diciéndole que sus estudiantes son unos “aduladores” y humildemente pidámosle perdón como acto penitencial de Cuaresma.

Hay Dios mío, recordemos que todo de lo que nos hemos apropiado sin pertenecernos, de toda palabra que hallamos dicho que no sea una bendición, en el momento de la muerte tendremos que dar cuenta de ella. Nos impedirá nuestra ascensión y en ese momento no podremos retroceder al vida para disolverla o borrar eso y ahora si podemos hacerlo hagámoslo. Estamos en Cuaresma momento de penitencia.

Nuestra meditación en esta primera semana de Cuaresma es en la desposesión del Cristo desnudo de Cellini.

De todo lo grande que simboliza un crucifijo, una de las cosas imponentes es ver a ese Jesús desnudo delante de ti, que es un hombre como cualquier otro, joven, con toda su hermosa musculatura, pero crucificado como un delincuente por el solo hecho de haber actuado y haberle dicho la VERDAD a la gente.

La desnudez de Jesús en la Cruz es la más grande de todas las renuncias, es perderlo o dejarlo todo por la causa del Reino de los Cielos. Jesús desnudo en la cruz nos recuerda que con nada nacimos y así habremos de morir. El desnudo de Jesús es la pérdida de nuestro orgullo personal, de la reputación, el que piensen bien de nosotros y, algunas veces, hasta conformarnos con lo poco que llevamos puesto o tenemos.