28 mayo, 2014

MEDITACIÓN

Toma conciencia de que eres un vórtice de energía de Luz Radiante, vinculado con todos los centros de Luz en el reino humano y Divino.
Proyecta mentalmente una Rayo de Energía de Luz Brillante hacia tu Chispa Divina; visualiza su Luz encima de tu cabeza, y conectada con Ella la Jerarquía Espiritual de Shamballa, “El Lugar donde la Voluntad de Dios es Conocida”.
Después de tener esto claro en la mente, ve como esta Luz desciende y se ancla a la altura de tu Chakra Coronal o de la cabeza, haciéndote más luminoso. Ve como este resplandor se va expandiendo hacia fuera, alrededor de tu vehículo físico hacia todos lados, tu casa, el vecindario, la ciudad y el país. Pronunciar el “Om” tres veces.

El primer Om alineando el Cuerpo Mental Inferior con el “Yo Superior”; el segundo alineando el cuerpo emocional con el “Yo Superior”, sintiendo que todo a tu alrededor se ilumina y espiritualiza; y el tercero alineando el cuerpo físico con el “Yo Superior” donde se visualiza toda la humanidad.
Lee y medita lo que dice el Maestro el Tibetano: Al hacer el Om debes considerar deliberadamente que eres un Hijo de Dios que retorna al Padre; que eres Dios mismo que busca Su conciencia; un creador que trata de crear; el aspecto inferior de la Deidad, que trata de alinearse con lo superior.

Entona tres veces la Palabra Sagrada, emitiéndola suavemente la primera vez, afectando así al vehículo mental; más fuerte la segunda vez, estabilizando el vehículo emocional, y aún más fuerte la tercera y última vez, actuando sobre el vehículo físico. El efecto sobre los tres cuerpos será triple. Luego procurará visualizar los tres cuerpos. Una de las cosas a lograr en la meditación, cuando se la practica con regularidad y de acuerdo a una correcta instrucción, es la trasferencia de la conciencia, del “yo inferior al Yo superior”.

Realiza de nuevo estos tres “Om” dirigidos con el pensamiento de auxilio a un lugar que necesite ayuda. El primer “Om” se hace con una expansión de Luz para ti conectado con tu Alma, el segundo “Om” para el medio ambiente que te circunda y el Cuerpo Emocional, el tercero para todo el mundo, expandiendo ese “Om” a todo el planeta. Envíalo proyectando salud, protección, amor, unidad, inteligencia, prosperidad o perdón.
Al final de los tres “Om”, se puede realizar la meditación en cada frase de la “Gran Invocación” para lo que es imprescindible sabérsela de memoria.

Tomado del libro Sendero de Rubén Cedeño.