31 mayo, 2014

ORACIÓN CIENTÍFICA

La Oración Científica es la puesta en práctica del Principio de Mentalismo, el Decreto, y todo lo que enseña la Metafísica, para conseguir, de forma infalible y armoniosa, lo que nos esté haciendo falta para manifestar el “Concepto Inmaculado” y el “Plan Divino de Perfección”, siempre y cuando esto no vaya en contra nuestro o de otra persona.

Cuando uno va a orar, no puede estar pensando negatividades, como que no se merece lo que pide, que es imposible o que es mucho, ya que esto desbarataría el efecto de la Oración Científica. Otra cosa muy importante es memorizar la fórmula de la Oración Científica, y no alterarla ni dejar de decir ninguna frase, porque todo su contenido tiene un propósito específico:
“Amada Presencia de Dios ‘Yo Soy lo que Yo Soy’, en armonía con todo el mundo, bajo la gracia divina y de manera perfecta, yo decreto (….tal cosa….). Gracias Padre, porque ya su cumplió”.

El “tratamiento al tratamiento” se hace para no volver a repetir el decreto y oración ya realizado. En caso de que nos encontremos dudando de su efectividad, o si no tenemos ningún temor a que se cumpla, no sostenemos ningún pensamiento negativo al respecto, pero nos percatamos que la situación no mejora , no se soluciona, lo que nos queda es mantener nuestra fe inquebrantable y hacerle el “tratamiento al tratamiento”. Esto es, no seguir inventando que otro tratamiento más poderoso o efectivo se puede realizar. Solo hay que decir y pensar: “Yo tengo fe en la Oración Científica que hice Yo decreto que mis tratamientos son efectivos y siempre se cumplen”.  “YO YA LE HICE LE TRATAMIENTO A ESA SITUACIÓN, Y DIOS YA ESTA ACTUANDO EN ALLÍ”.

Fe es la confianza en que sólo lo bueno nos va a suceder. Lo que uno teme. Eso malo atrae. Y en lo que se tiene fe, eso también se atrae, pero es solamente lo bueno. Cuando uno pide algo y teme no obtenerlo, no lo recibe. Cada vez que nos encontremos con temor, digamos: “Yo no tengo temor tengo fe”. “A lo único que hay que temerle es al temor”. “Para la fe no hay imposibles”.

La más grande demostración de fe que existe es dar Gracias a Dios por haber recibido lo que pedimos en Oración antes de obtenerlo. Esto es decir: “Gracias Padre porque ya me lo diste”, “…porque ya estoy curado”, “…porque ya lo tengo”. En el mundo de Dios, la petición lo pedido y la dádiva son una misma cosa. Decir “Gracias Padre” por todo lo que tenemos es algo mágico y grandioso que nos abre las puertas a la vida inteligente, al amor, la belleza, la infelicidad, la salud, la prosperidad y la libertad. Digamos siempre: “Gracias Padre” por todo lo que tenemos. En vez de pensar o hablar de apariencias negativas, digamos solamente: “Gracias Padre”.

Tomado del libro Pizca Metafísica de Rubén Cedeño.