17 junio, 2014

LA ORACIÓN ES SIEMPRE LA RESPUESTA. Por Emmet Fox



La oración es siempre la solución. Sea cual sea la dificultad que usted afronta, por complicado que pueda parecer su problema, la oración lo puede solucionar, puede arreglarlo todo maravillosamente. Desde luego, usted también debe dar los pasos prácticos que parezcan indicados, y si no sabe qué pasos debe dar, la oración se los mostrará. La oración llevará a su vida todo lo bueno, y hallará la vida y la forma de hacerlo. La oración siempre logra lo que parece imposible. No hay problema que se pueda concebir que la oración, en algún momento, no sea capaz de resolverlo. Cuando recordamos que Dios es realmente todopoderoso, que no está sujeto a lo que llamamos tiempo, espacio o materia, ni a los caprichos de la naturaleza humana, resulta fácil ver que no puede haber límites al poder de la oración. Aun cuando usted se vea muy afectado por alguna condición, no debe sentirse tentado a decir: “Es inútil que rece para resolver esto porque estoy decidido a dar éste o aquel paso mañana, pase lo que pase”. Rece para resolver el problema, y cuando llegue el día de mañana, siempre tendrá la oportunidad de hacer lo que deseaba. Sólo que puede reflexionar mejor sobre su decisión después de haber rezado. Puede rezar cuando tiene un problema y resolverlo en cualquier período, pero, desde luego, mientras más pronto lo afronte, más fácil le resultará el trabajo.