Los estudiantes deben
recordar, en todo momento, que no importan los errores que hayan cometido
porque Dios jamás critica ni condena, sino que en cada tropiezo dice, dulce y
amorosamente: “Levántate, hijo, y comienza de nuevo. Continúa ensayando hasta
que logres la Verdadera Victoria y la Libertad de tu Dominio Divino”. Cuando uno se hace
consciente de haber cometido un error, el primer acto siempre debe ser, invocar
la Ley del Perdón, y pedir Fuerza y Sabiduría para no repetir el error una
segunda vez.
Dios
todo Amor, tiene una Infinita Paciencia, y no importa el número de nuestros
errores, siempre se puede decir: “Elévate
y sube al Padre”. Tal es el Amor y la Libertad en que los Hijos de Dios
tienen el privilegio de actuar. Si en algún momento te parece que has cometido
un error, siempre toma esta posición, y di que solamente lo bueno puede salir
de allí. Sabe siempre que Dios dirige cada decisión tuya con Sabiduría, y hace
que tú puedas decidir rápida y correctamente la cosa perfecta que debes hacer,
y que la haces.