16 abril, 2015

REGRESO DE LOS ELECTRONES

Hay personas que viven moviendo calificaciones destructivamente, y algún día tendrán que hacerlas regresar totalmente purificadas y redimidas al Hogar del Padre, que es su lugar de origen. Toda energía que sale de uno que no es una bendición, algún día busca ser redimida y buscará al que las calificó negativamente, hasta que llegan al lugar donde esta persona esté, trayéndole la energía que no ha sido redimida con aquello que fue calificada, sea crítica, condenación, amenazas o cualquier vileza. Es el que las calificó negativamente quien tiene que redimirla, porque es el causante de lo que ellas están calificadas.

Si no se conoce la Ley del Perdón del Fuego Transmutador de Dios de la Llama Violeta, hay que sufrir las cualidades negativas en que se ha calificado esa energía, para transmutar por medio del sufrimiento su mala calificación. El que calificó la energía de mentira, odio, rechazo, enfermedad, traición, tendrá que sufrir eso mismo para por medio del dolor purificarla. Por eso en la religión se afirma que el sufrimiento purifica, redime y la gente vuelve la mente y el corazón hacia Dios.

Antes que tengas que volver la mente hacia Dios por medio del sufrimiento, hazlo por medio de la alegría y la felicidad, no calificando ninguna energía malamente o redimiendo lo que hayas mal calificado algún día. Todo lo malo que le hemos causado a los demás en la vida, malos tratos, injusticias, odios, enfermedades, ruinas tiene que ser redimido por el que los ha causado.

Todo aquel que ha calificado sus electrones negativamente, cuando vienen crisis personales, en los trabajos o en los países, aprovechan esos electrones de ir a donde esa persona, para que los redima.

Toda cara que se arrugue delante de nosotros para maldecirnos, para hablar mal de nosotros, para criticarnos, son electrones que se nos están devolviendo para su transmutación y recalificación.

Tenemos que agarrar cada energía, persona con malas calificaciones y redimirlas. Cuando ya hayamos redimido cada persona que haya venido a nuestro mundo negativamente, no sucederá como a Cenicienta, que se le transformó su vida y se fue a vivir a un Palacio precioso. Seremos un ser de cuentos de hada. Créemelo, sucede. Son muchos los que han visto suceder esto.

Tomado del libro Redención de Rubén Cedeño.