Por
Rubén Cedeño.
Gracias
Padre por mi vida, que es la tuya y la de los demás. Gracias por la Luz y por
las sombras, que me hacen ver Tu Inmensidad. Gracias Padre por la Tierra, el
Fuego, el Aire y el Mar.
Gracias
por el Amor y por Amar, por saber y tener Voluntad, por un amigo y la
humanidad, por la sonrisa del niño, por papá y mamá.
Gracias
Padre por los negros y los blancos, los indios, mestizos y zambos, por las
piedras y las plantas, animales y santos, por los Tronos, Serafines y
Arcángeles, la Fe, Esperanza y Caridad, por el reto y por la Paz.
Gracias
Padre por las palabras, la expresión y el poder hablar, la pintura y las
letras, la música, la escultura, el drama y la arquitectura.
Gracias
Padre por las ciencias, las medicinas y electricidad, por la física y la
química, alquimia y biología. Gracias por la “Verdad”. Gracias Padre por ser
cristiano, rosacruz o hinduista, judío, masón o musulmán, metafísico o
buddhista. Gracias Padre porque sabemos que existes y de muchas formas a Ti
podemos llegar.
Gracias
por todo, desde el grano de arena hasta el Sistema Solar, por todas las
Galaxias, por sentir, pensar y poder crear.
Gracias
por el momento en que puedo meditar, viéndote en cada sitio de mi diario
caminar. Gracias por poder agradecerte todo lo que me das.