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El
Supremo gran Objetivo de la Enseñanza Espiritual es uno solo; siempre debemos
tenerlo pendiente y acordarnos de perseguirlo; es CONSEGUIR DEJAR DE SUFRIR,
SIENDO FELICES.
Si
se persigue el objetivo de que los participantes pongan en práctica el
principio de mentalismo, por medio de esto hay que “conseguir dejar de sufrir,
siendo felices”, si se realiza la actividad de hacer desenvolver en los
participantes la Conciencia Despierta de la Chispa Divina, esto tienen que
“conseguir dejar de sufrir, siendo felices”; si se tiene como objetivo lograr
que se conciencie el uso de Llama Violeta, se hace para “dejar de sufrir,
siendo felices”.
En cualquier objetivo que se persiga, se tienen como meta “dejar de sufrir, siendo felices”. Eso se tiene que perseguir SIEMPRE.
Pero hay comunicadores que no lo hacen. Hay facilitadores que, después de su actividad, dejan a sus participantes llorando, preocupados, atemorizados, traumatizados, amenazados. En vez de ser Comunicadores, son tiranos de la Enseñanza que someten a los participantes, los preocupan, los amenazan, los torturan psicológicamente, les aplican el “psico-terror”. No persiguen ese gran objetivo de que todo el mundo sea FELIZ y haga FELIZ a los demás por medio del estudio de la Enseñanza Espiritual.
Tomado
de libro Formas de hacer vivenciar la Enseñanza Espiritual a otros de Rubén
Cedeño.
