Todos
creemos que el amor de Dios es invencible y que Su inteligencia, Su conocimiento
y Su poder son infinitos; que cuida de nosotros a un grado que desafía la
imaginación, y que cada uno de nosotros es igual de precioso ante Sus ojos. Sin
embargo, en muchos casos, la sanación y la armonía no resultan de este
conocimiento. ¿Por qué?
En
la mayoría de los casos es porque hemos olvidado que estas cualidades tienen
que estar encarnadas en nosotros antes de que puedan aparecer en nuestras
vidas. No basta saber que existen en Dios. Debemos tratar de expresarlas en
nuestra vida personal antes de que puedan hacer algo por nosotros.
El
Amor Divino será todopoderoso para sanarnos y ayudarnos en tanto estemos
expresando Amor Divino en nuestros propios pensamientos, palabras y acciones.
La Sabiduría Divina nos guiará en la medida en que oremos pidiendo guía,
estemos honestamente preparados para hacer la Voluntad de Dios, y tratemos de
vivir la vida Crística. El Poder Divino será potente en nuestra vida en igual
proporción a la fe que tengamos en él. La
única manera de conocer a Dios es buscando expresarlo en nuestra vida.