18 agosto, 2015

ORDEN

El Orden es sumamente necesario; sin orden no se puede hacer nada, las empresas, la nación, el sistema solar, el funcionamiento de los órganos del cuerpo se irían al desconcierto. Para que pueda haber ORDEN, se requiere que, en ese ORDEN, exista alguien que organice, dictamine, y que las personas lo acaten. Se quiera o no, es así. Si esto no se desea, si se quiere ser totalmente libre, entonces, habrá que irse completamente solo a una montaña y hacer lo que venga en gana, pero téngase la seguridad de que, algún día, llegará un miembro del gobierno de algún país y le cuestionará a tal individuo por qué está desnudo, por qué hace hogueras que pueden incendiar bosques, por qué mata animales para poder comer si está prohibido, por qué siembra en terrenos donde no se debe sembrar, e irá preso, y ese día se le acabarán todos sus falsos IDILIOS DE LIBERTAD. ¿No ve que es imposible vivir libre de la autoridad y la obediencia? Pero cuando se habla de ser libre de la autoridad y de la obediencia, entonces ¿de qué se habla?

La autoridad se gana, no se impone, y la obediencia se ejecuta sola cuando hay AMOR, SENSATEZ y BUENA VOLUNTAD, cuando hay un sentido. Hay Maestros cuyas sabias, lógicas e incuestionables sugerencias son, para quienes las oyen, indicaciones que se obedecen incuestionablemente y, gracias a ello, todo un mundo de bondades se mueve en beneficio de incontables personas.

Estados Unidos de Norteamérica es uno de los países más estrictos que existen en cuanto a Leyes de Tránsito, donde a cada segundo, de donde menos se espera, surge un radio patrulla persiguiendo a alguien para poner una boleta, no solamente por exceso de velocidad, sino incluso por conducir a una velocidad menor a la indicada ¿Qué es eso? ¡Por qué la gente no se REBELA, no DESOBEDECE, no hace una MANIFESTACIÓN son pancartas para abolir las Leyes de Tránsito en ese país? El tráfico fluyendo armónicamente por calles y autopistas, con un mínimo de accidentes viales, es algo que brinda mucha seguridad, y cuando se observa esto, se dice internamente "Esta perfección es por OBEDECER las Leyes". Entonces uno OBEDECE con gusto, no solamente porque, si desobedece va a perseguir la radio patrulla; es que no se te ocurre hacer otra cosa.

Las organizaciones espirituales han salido del mismo ser humano, han sido inventadas por él, por su deseo de refugiarse en algo superior, tener una respuesta sobre el más allá, descubrir por qué las cosas son como son, encontrar un algo que lo llene interiormente; las personas han deseado no hacer esto a solas, sino en conjunto, llevando una vida de relación, y, con el tiempo, esto ha producido religiones, organizadas. Mientras no ha habido extorsión ni manipulación, sino ayuda, esto ha sido bellísimo. En ellas, muchos Santos se han sentido a gusto y sin traumas; en sus prácticas, cantidad de feligreses acogen el ORDEN MORAL, las Leyes que, según Dios, se dictaron para esa forma de creer, y se siente felices, no quieren otra cosa, no desean alguien que los libere de ello, no están presos, están libres, haciendo lo que desean.
A la par de esto, hay personas libres que, debido a su libertad, se han proclamado en contra de la autoridad de los sacerdotes, gurús y maestros, con el resultado inevitable de la desobediencia. El que desea hacer esto, es libre de realizarlo y descubrir, por sí mismo, a dónde conduce ir por la vida a la desbandada, en contra de todas las autoridades. Busquemos a alguien, sea ahora o en el pasado, que haya conseguido un propósito de vida, viviendo de esta manera.

La autoridad y la OBEDIENCIA que se podría cuestionar en algún momento es aquella que resulta irrazonable, ciega, automática; y no precisamente para ir en contra de ella, ya que a veces OBEDECEMOS, ciegamente, automáticamente y sin razonar -como hacemos con los dictámenes de la constitución de un país o dentro del templo-, y esto no representa ningún trastorno psicológico ni hay que cuestionárselo.

Veamos por qué obedecemos cuando lo hacemos, por qué es necesaria la autoridad, sea la del juez o la del presidente; descubramos la razón de detenernos ante la LUZ ROJA y la de no ponernos a cocinar con una hoguera en el jardín municipal.

Igualmente, hay que descubrir por qué en el grupo espiritual no se come dentro del aula durante una actividad pedagógica, por qué es imprudente tener niños gritando en el templo, y si, desinteresada y voluntariamente, se aceptan las directivas de un facilitador, maestro o gurú, por qué se le debe respeto a sus palabras. Si esto se sabe, porque haya seriedad, hay una razón indiscutible, no hay conflicto, esa autoridad y esa obediencia es ganada, tiene sentido.

Cuando se es REBELDE para llamar la atención, creerse ya maduro, que no se obedece porque se es un machito o un hembrita respetable, el desacato a la autoridad y la OBEDIENCIA es por orgullo, porque se tienen problemas de personalidad, se quiere medir el poder de decisión contra alguien. Si esto es así, ¿de dónde viene la DESOBEDIENCIA? De la personalidad. ¿Y quién es la creadora de todos los problemas, conflictos y sufrimientos? También la personalidad. De esta forma tenemos que, a veces, la desobediencia y el desacato a la autoridad no son un asunto de libertad moral o religiosa, sino de la personalidad. Debido a esto, al que acepta introducirse en un retiro o monasterio, lo primero que le piden es el VOTO DE OBEDIENCIA. No solamente eso, en cualquier empresa a la que se va a trabajar, incluso para ser ciudadano de un país o miembro de una creencia, ha que OBEDECER leyes.

Tomado del libro FORMAS DE HACER VIVENCIAR  LA ENSEÑANZA ESPIRITUAL A OTROS.
Por. Rubén Cedeño.