16 febrero, 2016

LA AMBICIÓN, UNA MALDICIÓN

Maestro Ascendido Hilarión
Libro: Tercera Iniciación

Dice el Maestro Hilarión: “LA AMBICIÓN ES LA PRIMERA MALDICIÓN, LA GRAN TENTADORA, POR ELLA LAS PERSONAS ESPIRITUALES SON DESORIENTADAS DE CONSEGUIR ALTOS LOGROS" 

Hay estudiantes que prometen mucho cuando llegan a los grupos de forma pura y si se quiere son inocentes, deseosos de colaborar en todo. Ayudan en la distribución de libros con la instrucción, barren, acomodan, dan la Enseñanza, llevan y traen en sus autos lo que sea necesario. Hasta que un día aparece quien les propone alturas inefables de asociarse a una mejor escuela, ser un misionero de la Jerarquía Espiritual, estar más cerca de los Maestros de Sabiduría o transitar un sendero más razonable.

Convencen al ambicioso, que en el grupo donde está, lo explotan, que lo están utilizando injustamente, que son las “energías siniestras”, unos tergiversadores. El estudiante por ambición, cree en las acusaciones y ofrecimientos y se siente más de lo que es. Al creerse esto comienza a decir y escribir disparates como si fueran instrucción, que denotan su más craza ignorancia; a veces les invade el complejo mesiánico creyendo que deben salvar a los demás acusando de malvados a otras escuelas; toman las enseñanzas puras de los Maestros y las hacen ver que acusan defectos en los demás.

Así tenemos, que aquél ser que una vez se afilió al grupo con solo la pureza de servir vivencias de una bella espiritualidad, la ambición lo desvía y destroza. Hay otros que se embelesan por una carrera profesional de éxitos o le hacen caso a alguien que les dice que donde están es una secta y que le están lavando el cerebro. Así es sacado de tajo de una sana “Vivencia Espiritual” que lo conducía a los “Pies del Maestro”. Es posible que al principio por la adrenalina que le produce lo nuevo, el ser algo mejor no se dé cuenta. La verdad no la va a ver en ese momento sino a los años, cuando vuelva su mirada hacia atrás y vea “lo que pudo haber sido y no fue”. Todo quedó en nada.

Hay seres que pasan así encarnaciones. Cada vez que encarnan reciben la posibilidad de trabajar para la “Jerarquía Espiritual de Shamballa” y por ambición pierden la posibilidad. Continuarán así encarnación tras encarnación hasta que un día se den cuenta. Siempre se espera que no sea muy tarde.